“Y es que una ciudad no está del todo acabada hasta que los escritores o los pintores la colonizan imaginariamente. Pasear por Buenos Aires o Madrid es entonces un ejercicio real y un ejercicio de ficción, donde las calles se convierten en ríos temporales, y uno cree ver que los ciudadanos de hoy conviven o se confunden con los fantasmas no menos reales de ayer. ”

(Luis Landero, Entre líneas, 2001)